El sistema inteligente Mazda M Hybrid se ofrece de serie en el Mazda3, Mazda CX-30 y Mazda2¹ con motores de gasolina Skyactiv y contribuye a reducir el consumo de combustible mediante la recuperación de la energía.
El sistema compacto usa un alternador de arranque integrado (ISG) para convertir en electricidad la energía cinética que se recupera durante la desaceleración. El Mazda3 y el Mazda CX-30 almacenan la potencia en una batería de iones delitio de 24 V (216 Wh) instalada entre los ejes. De esta forma, se optimiza la distribución del peso sin comprometer el espacio del habitáculo. En cambio, el Mazda2 usa un condensador compacto de 12 Wh en lugar de una batería.
Un transformador CC-CC de 24 V/12 V reduce la potencia recuperada hasta el nivel de tensión apropiado para los componentes eléctricos del coche, y el ISG puede incluso proporcionar hasta 5,3 kW/7,2 CV de potencia extra al motor. Al sustituir el par del motor eléctrico por el par producido por el motor de combustión, el vehículo logra la misma aceleración con menos gasolina. El sistema Mazda M Hybrid también ahorra combustible al favorecer mayores tiempos de rodaje con el motor en punto muerto.
Un sistema, varias ventajas
Además de aumentar la eficiencia de combustible y reducir las emisiones, el sistema Mazda M Hybrid facilita la conducción: al acelerar o frenar, las transiciones son más suaves y naturales. Por ejemplo, en vehículos con transmisiones manuales, el ISG mejora el funcionamiento del embrague y mantiene momentáneamente el régimen del motor (rpm) durante los cambios a marchas más altas. El resultado: todas las ventajas de un híbrido ligero sin renunciar a nada.