La belleza atemporal del lacado japonés urushi

  • El milenario arte urushi ha pasado de ser una artesanía tradicional japonesa a una forma de arte de gran prestigio, muy valorada por utilizar recursos naturales duraderos.

El urushi, que se lleva utilizando en las artes y artesanías de Asia Oriental desde hace miles de años, fascina por la exclusiva profundidad de color que crea al aplicar innumerables capas de laca extremadamente finas. Suele ser sinónimo del propio Japón y, como demuestra la obra del laureado artista Naoya Takayama, comparte algunos puntos en común con el cuidado que Mazda dedica a sus diseños. Mazda se inspira en esas técnicas ancestrales para desarrollar tonos de pintura con colores perfectos y con un brillo genuino, que resaltan los sutiles detalles de su galardonado diseño Kodo.

“El lacado japonés, recubierto con finas capas de savia del árbol urushi (…) se utiliza desde hace 10.000 años para proteger y decorar objetos, en una fascinante combinación de arte y funcionalidad”.

Al tacto, es tan suave como la piel. Cuando se contempla su superficie, su profundo brillo produce una sensación casi hipnótica. El lacado japonés —recubierto con finas capas de savia del árbol urushi— es la máxima expresión de una tradición y un saber hacer artesano ancestral. Ahora que el mundo vuelve la vista a productos sostenibles con el medio ambiente, es el mejor momento para celebrar el arte urushi.

La savia de urushi, que se extrae de un árbol endémico de Asia Oriental, se utiliza desde hace 10.000 años para proteger y decorar objetos, en una fascinante combinación de arte y funcionalidad. Las superficies pintadas de urushi son resistentes a los ácidos y álcalis corrosivos, lo que les aporta una gran durabilidad. Y como el urushi se seca al absorber la humedad del aire, tienen además un delicado brillo. “Por eso, el revestimiento parece húmedo y suave, y tiene un lustre muy especial”, afirma Naoya Takayama, un artista del urushi ganador de varios premios, que trabaja en Hiroshima. “La habilidad del artesano reside en el modo de realzar la textura”.

Es una ardua tarea que pone a prueba la paciencia: el artista aplica docenas de capas de revestimiento de urushi, esperando días enteros a que cada capa se seque, antes de lijarlas suavemente hasta un espesor de 0,03 mm. Takayama debe su prestigio a su diestra interpretación de la técnica akebono-nuri, que crea degradaciones de negro y rojo en varias capas (en lugar de en una sola), lo que añade profundidad a la decoración.

LA TECNOLOGÍA TAKUMINURI DE MAZDA: EL TOQUE HUMANO DE UN ACABADO DE PINTURA DE ALTA CALIDAD

Hasta tal punto es eficaz el uso de capas de pintura para añadir profundidad y mantener la delicadeza de los detalles que Mazda incorporó la técnica a su tecnología de pintura robotizada Takuminuri, que emplea distintos datos para imitar el toque y la técnica de un pintor humano, con un grado de detalle increíblemente preciso. 2022 coincidió tanto con el 10.º aniversario de la técnica Takuminuri como con el lanzamiento de un nuevo y llamativo color, el Artisan Red: un rojo extraordinario con reminiscencias al vino añejo elaborado con dosis de artesanía insuperables. Se une así a la gama de colores de carrocería prémium de Mazda, como el Soul Red Crystal, el Polymetal Grey y el Rhodium White. Todos tienen en común su estructura en tres capas: una capa transparente, una capa de pintura translúcida y una capa reflectante/absorbente. Esta técnica combina una estética excepcional con una huella medioambiental reducida. La llamativa pintura Takuminuri está diseñada para acentuar la fuerza y la belleza a través de las formas, aportando al vehículo una mayor profundidad, unos reflejos más intensos y una cautivadora estética.

Mazda también se identifica con la depurada artesanía de Takayama en el uso combinado de la mano y el ojo, un intrincado equilibrio entre añadir laca de color y después pulirla. Los artistas del urushi también despiertan su lado creativo cuando eligen qué añadir a la savia blanca lechosa para crear un nuevo color o textura. Takayama obtiene su ingrediente estrella —la concha de ostra en polvo—, en Hiroshima, la ciudad en donde también se encuentra la sede central de Mazda. Añade este componente a su revestimiento base, una capa de esencial importancia que hace que la pieza acabada sea resistente al agua y a la humedad, y que, por lo tanto, no se erosione aunque se agriete. “Mis cuencos están hecho para utilizarse a diario. Por ello, presto especial atención a la seguridad” explica el artista.

RHODIUM WHITE: EL COLOR PERFECTO PARA DESTACAR EL DISEÑO KODO

Para Mazda, también es crucial aplicar meticulosamente las capas para lograr un proceso satisfactorio y un resultado preciso de alta calidad. El significado del kouhaku en la cultura japonesa —la combinación del rojo y el blanco que se plasma, sin ir más lejos, en su bandera nacional—, así como la estética del universo zen en donde menos es más, guiaron el trabajo de los diseñadores creativos de Mazda para conseguir un color blanco con un acabado impecable. El Rhodium White utiliza partículas de aluminio para crear una capa reflectante uniforme de tan solo 0,5 micras de espesor. Sobre esta capa se superpone un blanco sedoso, de grano muy fino, y una capa de acabado transparente. El resultado es “un blanco estilizado que hace brillar las superficies con un toque metálico”, comenta Keiichi Okamoto, experto creativo de la División de diseño de Mazda. Con su especial brillo metálico, profundidad, resplandor y textura, el Rhodium White acentúa las sombras con las que el diseño Kodo de Mazda ha sabido crear una expresión tridimensional. Porque dentro del diseño de Mazda, el color no es solo un toque de acabado, sino un elemento esencial de la propia forma.

CUANDO LA INNOVACIÓN SE UNE A LA TRADICIÓN EN LA BÚSQUEDA DEL BLANCO MÁS ESPECIAL

Aunque las piezas urushi se vienen elaborando desde tiempos prehistóricos, Takayama procura que la tradición no lo limite. Por ello, la innovación es clave en su filosofía de diseño. “Las generaciones anteriores desarrollaron la artesanía pensando en el futuro. Precisamente por eso, nosotros también debemos seguir desarrollando el diseño: yo quiero hacer cosas nuevas con técnicas atemporales”.

Este firme compromiso con la innovación también se encuentra en la esencia de Mazda, y no fue hasta el desarrollo de la tecnología Takuminuri cuando fue posible crear acabados de pintura tan increíblemente reflectantes como para trabajar en armonía con los sutiles contornos que elaboran los diseñadores de Mazda. La pintura blanca requiere más capas, ya que es más transparente. De ahí que el mayor reto al desarrollar el Rhodium White fuera eliminar cualquier irregularidad. Sin embargo, los ingenieros de Mazda desarrollaron una técnica para controlar el espesor de la pintura a escala nanométrica, con el fin de conseguir la misma blancura reduciendo casi un 30% el espesor y obteniendo una distribución precisa de las partículas de aluminio. Esto permitió a Mazda producir en serie una pintura que, de otro modo, solo está al alcance de un maestro takumi.

El lacado japonés: un producto para nuestros tiempos

El lacado japonés, que se elabora con materiales naturales, es una elección inteligente para quienes se preocupan por el medio ambiente. Takayama explica que “es ligero y duradero, y lo pueden utilizar a diario tanto jóvenes como mayores”. El arte urushi encarna la idea, común en la estética japonesa, de que las obras humanas están vivas y poseen una vitalidad independiente. Si una pieza lacada se daña, los artesanos del urushi pueden darle una nueva vida. La arreglan mediante una técnica ancestral llamada kintsugi, que aprovecha las fuertes propiedades adhesivas de la savia del urushi para fusionar astillas y grietas de una forma artística que, con la ayuda de oro y otros metales, crea una nueva forma de expresar y percibir el arte.
Si alguien quiere una primera experiencia con los productos urushi, Takayama recomienda los cuencos para sopa. “Solo hay que llenar el cuenco de sopa caliente, sostenerlo entre las manos y notar su agradable calor”, comenta. “Los japoneses toman la sopa directamente del cuenco. Prueba hacerlo y notarás en los labios su característica textura, similar a la piel”.