El último resultado de esta exploración de las tendencias del diseño es el tono Melting Copper. Para obtenerlo, se mezclaron partículas metálicas de grano muy fino con una pequeña cantidad de pigmento negro, que aporta un equilibrio perfecto de brillo y profundidad. Este nuevo color está inspirado en el encanto intemporal del metal fundido y se ha estrenado con el Mazda CX-80, un SUV que combina a partes iguales solidez y elegancia.
Para Mazda, el color tiene un alcance que va mucho más del aspecto visual de un coche. Es un elemento más de su lenguaje emocional que llega al corazón de la marca y de sus clientes. Los diseñadores de Mazda beben del torrente de la artesanía japonesa, exploran las tendencias del diseño internacional y experimentan con sus propias manos, para crear colores que, además de bonitos, tengan un significado. Del mismo modo que el Soul Red Crystal representa la audacia y la pasión de Mazda, cada tono tiene detrás una historia que redondea la experiencia de conducción y establece una conexión emocional de por vida entre el conductor y su vehículo.