Una vez cosechadas, las hojas de índigo se fermentan utilizando únicamente agua y aire.
A contracorriente del mundo actual, de modas efímeras y gratificación instantánea, Shoji pone en valor las ideas y procesos que maduran poco a poco. Y señala que muchas de las técnicas tradicionales japonesas tardan en dar su fruto.
"Solo hay que pensar, dice, en las técnicas japonesas de fermentación. Hacen falta unos seis meses para producir miso y salsa de soja. Nosotros, después de cosechar y secar las hojas de índigo, las fermentamos durante tres meses empleando únicamente agua y aire, volteándolas una y otra vez para favorecer el crecimiento de microorganismos".