La versión híbrida enchufable del CX-60 trajo consigo nuevos retos, pero Kanei y su equipo estuvieron allí para resolverlos; y, finalmente, pusieron a punto una cadena cinemática PHEV con una conducción tan ágil como precisa. “No fue nada sencillo conseguir las características de conducción que buscamos en un Mazda, pero al final lo conseguimos”, dice Kanei con una sonrisa. En pocas palabras, Mazda creó un coche que se conduce tal y como desean sus clientes.
Dicho todo lo anterior, tampoco se puede negar que las pruebas de conducción son una parte importantísima del proceso de desarrollo, y Kanei les ha dedicado horas y horas. Desde las pistas de pruebas ultrasecretas de Mazda en Japón hasta las célebres autobahn alemanas. “Como participamos desde el principio, definimos nuestros propios parámetros y objetivos para la cadena cinemática, con el fin de garantizar que cada coche ofrezca el placer de conducir que buscamos”, afirma. “Y, durante las pruebas de conducción, tenemos que asegurarnos de que esos parámetros y objetivos se alcanzan sin falta. Con un híbrido enchufable y con cualquier otra motorización En las evaluaciones en pista de pruebas, el margen de error es muy estrecho”.