Alena es mucho más que una diseñadora: cumple un papel fundamental a la hora de dar vida a la filosofía de diseño y color de Mazda. Los coches le interesan desde su infancia. Su abuelo era mecánico y su padre, diseñador gráfico. Parecía predestinada a desarrollar su carrera profesional en el diseño de automóviles. Quizá la parte más conocida de su área de trabajo es el modelado en arcilla. Sin embargo, Alena se orientó hacia el color y los materiales interiores, un campo emergente en sus años de formación. De hecho, Alena ya tenía un Mazda antes de empezar a trabajar para la marca, y era consciente de la propuesta única de Mazda en términos de calidad, confort y precio.

¿La movilidad eléctrica influye de alguna manera en las tendencias de color de los coches?

Si comparamos las ventas de nuestro vehículo eléctrico MX-30 con las del CX-30 con motor de combustión interna, vemos claramente que los clientes se decantan por colores de carrocería más pálidos para el coche eléctrico. De hecho, pensamos que la expansión del mercado de vehículos eléctricos llevará aparejada una preferencia por los tonos más claros. El color más elegido para el MX-30 es el “Ceramic White”. Es más, es el tono que nosotros mismos seleccionamos en su día para la “comunicación”, es decir para los anuncios y las unidades que pusimos a disposición de los medios de prensa. Claramente, a los clientes les pareció un color agradable, lo que supuso un refuerzo positivo para mi equipo, ya que significó que nuestros estudios de mercado y nuestra percepción captaban correctamente las preferencias de nuestra base de clientes. Esta tendencia hacia vehículos eléctricos con carrocerías en colores claros también se aprecia en otros fabricantes. No obstante, a medida que evolucione la tecnología y la estética de diseño, podríamos ver un golpe de timón hacia colores más vivos y expresivos. El reto consiste en encontrar un equilibrio entre lo innovador y lo atemporal, de una manera que cale en un amplio espectro de clientes.